lunes, 29 de septiembre de 2014

20 motivos para degustar Macedonia (el país, no el postre)

Las impresionantes vistas sobre el lago Orhid, los caramelos artesanales de los bazares turcos y un vaso de rakia caliente en plena tarde son tres razones de peso para adentrarnos en este singular país de los Balcanes. Con un humor muy peculiar y una adoración descontrolada por las estatuas, los macedonios reciben a los turistas con alegría, entusiasmo y copas de vino de más. Te damos 20 razones para aceptar su suculenta propuesta. 



1) Hay una cosa que debéis saber. Eso de equiparar “macedonia” a una “ensalada de frutas” es algo muy francés, que se desconoce completamente en este país de los Balcanes. Aunque la broma fácil no os servirá, la relación entre el nombre del territorio y el postre es más estrecha de lo que pensamos. 

2) Otra cosa que debéis saber, así de entrada, es que la denominación del país es muy conflictiva. Si le decís a un griego que vais a Macedonia, por ejemplo, os mirará con un profundo recelo y desaprobación (puesto que consideran que eso es una zona de Grecia). Oficialmente, el territorio se conoce como ‘Ex República Yugoslava de Macedonia’ o, en sus siglas en inglés, FYROM. 


3) Los personajes históricos son muy importantes en la cultura macedonia. El aeropuerto lleva por nombre “Alejandro Magno”, y es un homenaje al rey que lideró al país en el siglo IV a.C. En el centro de la ciudad, además, hay una imponente estatua de 26 metros de altura que lo muestra encima de un caballo. 

4) La Madre Teresa de Calcuta también nació y creció en Skopie y su casa está abierta al público. Dentro, se muestran objetos personales de la monja católica, por ejemplo su sari, un libro de oraciones escritas a mano y varios premios recibidos a lo largo de su vida. Muy cerca hay un parque conmemorativo con su nombre, que en realidad era Agnes Gonxha Bojaxhiu. 

5) Pocas palabras definen mejor a Skopie que “multiculturalidad”. La capital ha formado parte de numerosos imperios a lo largo de la historia, incluido el imperio romano, el bizantino y el otomano. No fue hasta 1991 que obtuvo la independencia de Yugoslavia, y hoy en día es un lugar de encuentro entre albanos, rumanos, turcos y serbios. 


6) Esta diversidad cultural se observa en la aglomeración de mezquitas, iglesias y monasterios bizantinos que comparten espacio en la ciudad. Una de las más impresionantes es la mezquita de Mustapha Pasha, construida en el siglo XV. 

7) Los edificios de Skopie, no obstante, son mucho más modernos de lo que parecen. El 26 de julio 1963, un terremoto acabó con el 75% del patrimonio. Una de las construcciones que sobrevivió al seísmo fue la antigua estación de ferrocarriles, cuyo reloj se paró en el momento exacto y todavía hoy marca la hora del terremoto: las 5.17 de la mañana. 

8) Es en el centro histórico dónde parece que el tiempo se haya parado: panaderos trabajando por la tarde, tiendas de caramelos artesanales y hombres jugando al ajedrez en medio la calle forman una imagen muy alejada del estrés de la vida contemporánea. 


9) Muy cerca, la impresionante fortaleza de Kale ofrece excelentes vistas sobre la ciudad. Fue construida con bloques de piedra de la antigua ciudad romana de Skupi, de donde la ciudad actual toma el nombre. 

10) Por otro lado, el Gran Bazar es uno de los lugares con más encanto de la capital –y uno de los más grandes de Europa- y mantiene el espíritu de un auténtico mercado otomano, que lleva más de cien años abierto. 

11) No obstante, el gran símbolo de Skopie sigue siendo el puente de piedra Kamen Most, que también aparece en la bandera de la capital. Construido en el siglo XV, une el caso antiguo con la parte más moderna. 

12) Pero dejemos Skopie para descubrir otros lugares del país. En el sur encontramos a Bitola, antiguamente conocida como la “Ciudad de los Cónsules”. Aquí se juntan casas con fachadas de colores con tranquilos paseos y mezquitas turcas. La calle peatonal de Sirok Sokak es el mejor lugar para tomar un café y ver a la gente pasar. 


13) Los que prefieran las compras pueden ir hasta el bazaar de Bitola, originalmente construido en el siglo XV, o al bezistan, que es el bazar cubierto y ofrece centenares de productos para todos los gustos. 

14) Pero si hay un lugar indispensable en Macedonia, ese es Orhid. El intenso azul del lago, la tranquilidad de las calles empedradas y la impresionante iglesia San Juan Kaneo erigida sobre un acantilado son razones más que suficientes para dedicarle una semana entera. Muy cerca, el pueblo de Struga también merece una visita. 

15) Otra de las postales más típicas de Macedonia es la de un convento que sobresale de un lago de color verde. Se trata de la curiosa iglesia de San Nicolás, en el parque Nacional de Mavrovo, que se convertirá rápidamente en la fotografía ideal para los fans de la serie Les révenants. En invierno, el lago se hiela y la iglesia se recubre de nieve. 


16) La mejor manera de moverse entre ciudad y ciudad es con “taxi”, aunque también hay autobuses que conectan los principales centros. Pongo “taxi” así, entre comillas, porque mucha gente se dedica a ser taxista sin serlo, y son capaces de llevar hasta seis o siete personas en el mismo coche por un precio más que razonable. ¡Bienvenidos a los Balcanes!

17) Pero pasemos ya a la gastronomía. Muy influenciada por las especialidades turcas y griegas, también contiene rasgos típicos de los Balcanes. Uno de los indispensables es el Burek, que es una empanada con queso y carne picada o vegetales. 

18) Como todo país de la zona que se precie, la bebida favorita es el rakia, un fuerte licor parecido al brandy que se obtiene a partir de ciruelas. Muchas familias lo preparan directamente en su casa, y acostumbran a tomarlo antes o después de las comidas. ¿El mejor? El rakia caliente cuando hace frío. 


19) Para acompañar esta fuerte bebida no hay nada mejor que la shopska, una ensalada con queso fresco y tomate. También es muy habitual disfrutar de las comidas con yogur líquido, que se utiliza en diversos postres y salsas. 

20) La cerveza skopsko y el vino Tikvesh, por otra parte, son dos de las bebidas más valoradas. Las bodegas de Tikvesh se pueden visitar, en una ruta que nos lleva hasta fantásticas zonas de viñedos y montañas. Si visitas su web y dices que tienes menos de 18 años, te redireccionan directamente a la página de Disney. ¡Típico humor macedonio!

Fuente: Traveler

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