viernes, 6 de junio de 2014

Maravillas de Doñana que todos deberíamos conocer

El Parque Nacional de Doñana es la mayor reserva ecológica de Europa. Estos días, en pleno Rocío, vive su mejor momento


1. Los pinares de La Algaida



El Parque Nacional de Doñana se sitúa al suroeste de la península Ibérica, en su mayor parte en la provincia de Huelva y en menor porcentaje en las de Sevilla y Cádiz. De las 54.200 hectáreas de las que consta este espacio natural, sólo una franja de 3.400 hectáreas sitas en la margen izquierda del río Guadalquivir pertenecen a la provincia de Cádiz. Esta pequeña porción gaditana, ubicada en los términos municipales de Sanlúcar de Barrameda y Trebujena, es sin embargo un enclave único constituido por marismas y salinas, así como un extenso bosque de pinares (La Algaida), y zonas de matorral de jara, brezo, lentisco y cantueso. En esta zona se localizan también las lagunas de Taraje y de Tarelo, fundamentales para la supervivencia de un buen número de aves acuáticas. 

La Algaida es una zona repoblada, un extenso pinar creado por el hombre durante el siglo XIX de la que se abastecía de leña y frutos del pino piñonero. En este enclave se halla el Santuario del Lucero, un antiguo recinto sagrado en el que se han encontrado restos de diversas y ancestrales culturas, así como el Pozo de los Caveros de origen romano

2. Un paseo por las lagunas 



Los amantes del cicloturismo pueden realizar una agradable ruta de 25 kilómetros desde Puerto Real hasta la laguna de Taraje, más exigente en longitud que en dificultad. El carácter prácticamente plano del trazado, con cañadas en perfecto estado de conservación, permitirá a los ciclistas disfrutar con detenimiento de las magníficas vistas que ofrece el camino.

Sorprende este paseo por la densidad y belleza de la vegetación, representada en su mayoría por frondosos pinares. Por el camino, es fácil cruzar miradas con conejos y perdices, una simpática antesala de lo que aguarda al llegar a la laguna Taraje. En este humedal se agolpan miles de ejemplares de las más diversas especies, tanto es así que está considerado un ecosistema fundamental para la reproducción, el descanso y la alimentación de las aves acuáticas. 

Entre sus ilustres residentes y visitantes están el ánade real, la polla de agua y la cigüeñela. Otras especies observadas habitualmente o en tránsito de invierno son el zampullín chico, el flamenco común, el aguilucho lagunero o las cigüeñas. 

Justo a la entrada del Pinar de Monte Algaida se encuentra la Laguna del Tarelo, un pequeño humedal cercano a la desembocadura del río Guadalquivir que alberga gran cantidad de especies de aves acuáticas, algunas de ellas en peligro de extinción, como la Garcilla cangrejera y la Malvasía cabeciblanca. A pesar de que la laguna de Tarelo es un acuífero artificial, su importancia en los movimientos migratorios de las aves ha quedado sobradamente demostrada. 

3. Otras zonas de avistamiento de aves 



El parque de Doñana atesora lugares de alto interés natural y paisajístico en tierras gaditanas, enclaves privilegiados para el avistamiento de aves.En las salinas de Doñana, por ejemplo, residen ejemplares de flamenco, la cigüeñela y la avoceta, el pato colorado, el ánsar común, la cigüeña blanca y la cigüeña negra. 

En el bosque de pino piñonero son protagonistas los verdecillos, pinzones, la curruca cabecinegra y el carbonero común, aunque destaca también un buen número de rapaces como el milano negro o el águila imperial. El zorro, el jabalí, el cangrejo rojo o el camaleón, éste último en peligro de extinción, son otras especies frecuentes en la zona. 

Las Marismas de Bonanza, situadas muy cerca de la desembocadura del Guadalquivir- las únicas en el Guadalquivir que se inundan con las mareas- se erigen como un refuerzo y apoyo fundamental para las aves invernantes en años secos. 

Fuente: ABC

No hay comentarios:

Publicar un comentario