lunes, 30 de junio de 2014

Las piscinas naturales más bonitas del mundo

Estas vacaciones de verano, te sugerimos cambiar la playa por la piscina. Pero, ¡qué piscinas! Hablamos de sitios creados por la madre naturaleza donde relajarse y disfrutar de un más que merecido descanso.


Si lo tuyo no son las aglomeraciones, si odias que la arena se te meta por todas partes, si las olas del mar te dan pavor y solo de pensar en la playa te vienen arcadas, te proponemos darte un chapuzón en estos lugares de ensueño creados por la madre naturaleza especialmente para ti. 

Italia: Roca Vecchia, Otranto 


La Grotta della Poesia (gruta de la poesía) está en Rocha Vecchia, a unos 20 km de Otranto. Esta gruta misteriosa y encantada es una cueva natural excavada por el mar durante siglos. Cuenta la leyenda que a una princesa le encantaba bañarse en estas aguas, así que los poetas acudieron en masa en busca de inspiración. Hoy en día no encontrarás poetas ni princesas, pero sí una piscina natural espectacular rodeada de rocas. Para llegar hay que recorrer a pie la costa desde Otranto a Roca, pasando por San Foca y Torre dell’orso. 


México: Cenote Ik Kil, Chichén Itzá 


Después de visitar las ruinas mayas de Chichén Itzá o Ek Balam, seguro que te apetecerá refrescarte en unas aguas cristalinas y frescas. Pues a solo tres kilómetros está el cenote azul sagrado, ubicado dentro del Parque Ecoarqueológico de Ik Kil. Se trata de un pozo redondo lleno de vegetación exuberante y cascadas. Se dice que antiguamente los mayas utilizaban estas aguas para los sacrificios humanos al dios de la lluvia Chac; pero eso es cosa del pasado. 

Laos: Cascada Tat Kuang Si 


Se trata de una cascada increíble situada a unos 30 kilómetros de Luang Prabang. Lo especial de este sitio es que el agua cae desde la parte más alta hasta la más baja, depositándose en distintas mini piscinas de aguas turquesas rodeadas de árboles y matorrales. Si además le sumas el hecho de que las mariposas revolotean a su aire, la imagen ya es idílica. Hay que ir temprano para evitar las masas, pero vale la pena. El agua está algo fría, pero para los más valientes, de los árboles cuelgan lianas desde las que lanzarse al agua evitando el suplicio de entrar poco a poco. 


Omán: Sima de Bimmah 


A unos 6 km de Dibab, en la carretera de la costa hacia Mascate, hay un agujero en el suelo formado de manera natural por la erosión de la tierra que no tiene nada que envidiar a las aguas cristalinas que se suelen ver en las postales. Para poder bañarte en esta piscina de 20 metros de profundidad tienes que bajar por unas escaleras de cemento expresamente construidas para la ocasión. Y para los más atrevidos (y cualificados), hay un túnel submarino de 500 metros que llega al mar que se puede recorrer buceando cuando la marea lo permite.

Zambia: La piscina del diablo 


Se dice que es la piscina natural más peligrosa del mundo. Y es que se encuentra junto a la caída de las cataratas Victoria, que tienen ni más ni menos que 360 metros de altura. ¡Ríete tú de las piscinas infinitas de según qué hoteles! Segregarás tanta adrenalina que ni te enterarás de si el agua está fría o caliente. No puedes bañarte en ella todo el año, hay que ir de septiembre a diciembre, que es cuando el río está más bajo. Para saber más, lee nuestro artículo sobre las cataratas Victoria

Estados Unidos: Crater Lake 


El lago del cráter es quizá la piscina natural más espectacular del mundo también; al fin y al cabo no siempre es posible bañarse en el cráter de un volcán. Se encuentra en el estado de Oregon, dentro del Parque Nacional de Crater Lake, y es famoso por tener el agua más azul, transparente y pura del planeta. El lago tiene unos 9 kilómetros de diámetro y unos 594 metros de profundidad. Así que por mucha gente que haya, hay espacio suficiente como para no estar abarrotados. 


Escocia: Fairy Pools 


Al sur de la isla de Skye encontramos las magníficas Fairy Pools. Lo malo es que solo se puede llegar a este lugar encantador después de pegarse una buena caminata en botas de montaña. Pero el premio final vale la pena: verás unas piscinas con cascadas en el corazón de una cadena montañosa que parecen haber sido diseñadas por hadas. Si encima vas en otoño, podrás disfrutar de una vista inigualable: las aguas turquesas del río combinadas con el lila de los árboles. 

Fuente: Skyscanner

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