lunes, 2 de junio de 2014

Cómo hacer un safari en África por libre y con poco presupuesto

No hace falta gastar los ahorros de toda una vida para irse de safari. Solo hay que tener tiempo para planificarlo 



Ir a tu aire marcando tu propio ritmo en un safari puede sonar a locura peligrosa. Hay quien prefiere desentenderse de la gestión del viaje porque lo ve muy complicado. Viajar a un país «occidentalizado» da más seguridad y muchos están más acostumbrados a organizar todos los detalles sin intermediarios. En África también se puede. No estar condicionado a los horarios impuestos por un tercero tiene una consecuencia directa en el aprovechamiento del tiempo y el presupuesto disponible. 

1. Contratar el vuelo por tu cuenta 


Malas noticias, no hay vuelos low cost a África. El trayecto Madrid-Kenia-Madrid en agosto comprado con unos cinco meses de antelación cuesta como mínimo 800 euros, aunque lo normal es que roce los 1.000. El verano es temporada alta, así que las tarifas aéreas serán altas de todas formas. 

Consejo extra: Entre julio y septiembre en la mayoría de países africanos tiene lugar la estación seca, en la que la lluvia no limitará tus movimientos y tendrás más visibilidad. Además, los animales se mueven más porque van en busca de agua. 

2. Planificar sobre el terreno 


Da desconfianza plantarse en medio de África sin nada y gestionar in situ el safari, pero es la mejor forma de gastar lo mínimo. Los intermediarios en España ahorran mucho tiempo y hacen su trabajo extraordinariamente, pero tienen unos honorarios. Evidentemente, también habrá agentes profesionales en los países cuyo turismo está basado en el safari. No obstante, también los hay que mienten más que hablan. 

Consejo extra: Ni te imaginas la cantidad de agencias a las que puedes solicitar presupuesto una vez allí. No te conformes con la primera y compara varias. Teniendo tiempo, es lo mejor. Llévate unas cuantas direcciones apuntadas para localizar algunas de ellas fácilmente. 

3. Evitar los «agentes de calle» 


Desde que pongas un pie en alguna zona de safaris, estos personajes estarán al acecho. Viven de las comisiones y de llevar viajeros a los minoristas locales. Te ofrecerán sus servicios y te animarán a contratar cualquier producto a través de ellos, lo que siempre encarece la factura. Pueden llegar a ser muy vehementes, así que ármate de paciencia y diles con educación que ya tienes un paquete contratado, aunque sea mentira. 

Consejo extra: No todos los lugareños identifican al extranjero como una fuente de ingresos. También hay personas que ayudan desinteresadamente. Sus recomendaciones te pueden resultar de gran ayuda. 

4. Negociar el precio por día 


En las agencias locales se mostrarán dispuestos a adaptarse a tus necesidades, pero los recorridos suelen estar cerrados. El precio de los tours con conductor o del alquiler del coche será considerablemente más bajo que si se hiciera desde España, lo cual no significa que no debas negociarlo. No se trata de tarifas escritas con sangre, así que siempre hay un margen que debes aprovechar. 

Consejo extra: Tienes que dejar muy claras las condiciones y asegurarte de que el conductor las va a respetar. Trata de concertar el número de entradas al parque que harás y las horas a las que tendrán lugar. Que te pongan todo por escrito. 

5. Evitar los safaris de día completo


Para lo que se ve, no merece la pena el precio que se paga. Los llamados game-drives es mejor hacerlos a primera hora de la mañana o a última de la tarde, que es cuando se puede ver a los animales en plena actividad. Sin embargo, el completo es el que se suele vender.

Comienza después del desayuno, con lo que uno se pierde las horas de caza. La comida dura una eternidad y, al terminar, de vuelta al camping. 

Consejo extra: Los tours de dos o tres días combinan incursiones tanto de mañana como de tarde. Si es la primera ver que se va de safari, cualquier conjunto de animales en libertad será toda una experiencia, pero piensa que te estás perdiendo cosas aún más maravillosas. 

6. Prepárate para ir de camping 


No es difícil encontrar alojamiento barato. Todo depende de lo exigente que seas. Dormir en un fantástico lodge de madera y disfrutar de la naturaleza bajo un gazebo al aire libre tiene un precio no apto para todos los bolsillos. A la hora de la verdad, lo realmente importante es tener una ducha cerca y un lugar donde descansar después de estar todo el día de safari. Por eso, el camping es la solución más asequible. 

Consejo extra: Los campings alquilan equipo de acampada. Te ahorrarás este gasto si llevas tu tienda, aislante y saco de dormir. Otra idea es comprar todo esto allí y luego llegar a un acuerdo con el camping para que se lo quede a cambio de alguna noche gratis. 

7. Conducir tú mismo un 4x4 


Los conductores de safaris previamente contratados no se complican demasiado la vida. No van a pisar el acelerador ni van a tomar carreteras que no sean las principales. La pérdida de tiempo frente a un todoterreno alquilado y llevado por uno mismo es considerable. Las horas de visita al parque y el recorrido los marcarás tú. Como si quieres estar desde la apertura hasta el cierre, tú mandas. 

Consejo extra: No hay una gasolinera cada kilómetro, así que llena el depósito antes de entrar al parque. A unas malas, hay lodges donde repostar, pero el precio del combustible es mayor. Además de un buen mapa, el GPS es un extraordinario recurso.

Fuente: ABC

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