jueves, 24 de abril de 2014

10 jardines submarinos


Los arrecifes coralinos cubren menos del 1% de los océanos, pero albergan una gran biodiversidad. Para admirar estos jardines submarinos basta con conseguir un tubo y aguantar la respiración. 

01 Gran Barrera de Coral

AUSTRALIA 



La opción más obvia, si podemos permitírnoslo, es el destino principal. La Gran Barrera de Coral es el mayor parque marino del planeta, con más de 2.300 kilómetros de corales en el fondo de las aguas claras y someras de la costa noreste de Australia. 400 especies coralinas, 1.500 de peces y 400 de moluscos crecen en esta aguas tropicales en las que conviven con un ejército de barcos turísticos con buceadores y submarinistas de todo el mundo a bordo. La Barrera es patrimonio mundial de la Unesco. 

El Spirit of Freedom es un barco con alojamiento que ofrece itinerarios de submarinismo de tres, cuatro o siete días). En Cairns, el principal centro turístico de la Barrera, hay muchísima opciones para explorar el arrecife. 

02 Andros Barrier Reef

BAHAMAS 



Las aguas cristalinas de la pequeña isla de Andros son el tercer mayor sistema de arrecifes del mundo y ofrecen experiencias únicas. Los corales se extienden sobre 225 kilómetros de la costa occidental, hasta el borde de la Tongue of the Ocean (Lengua del Océano), un nombre dramático para un banco que se hunde desde aguas poco profundas (35 metros) hasta los 1800 metros. La experiencia es fascinante, al igual que la oportunidad de explorar las maravillosas cuevas de coral de Petrified Forest, el bosque petrificado. Cerca de la orilla, lagunas y manglares ofrecen inmersiones más tranquilas pero con muchos meros, pargos y esponjas. 

Desde 1960, el Small Bay Hope Lodge es la base para los submarinistas en Andros. Sus excursiones incluyen inmersiones nocturnas y avistamiento de tiburones. 

03 Arrecife de Grand Terre

NUEVA CALEDONIA 



Los arrecifes de coral adquieren muchas formas y tamaños. Nueva Caledonia, en el océano Pacífico, presume de un sistema considerable de doble barrera con 1.300 kilómetros de longitud alrededor de la isla principal, Grand Terre. Descansa a 30 kilómetros de la orilla y forma una laguna enorme con una variedad asombrosa de vida marina. Solo el buceo con tubo ya permite disfrutar de numerosas especies: peces ballesta, atunes, tiburones y tortugas sobre un fondo de corales fosforescentes. Muchas son endémicas y la Unesco, que declaró al arrecife patrimonio pundial en 2008, la considera una zona de importancia natural primordial. 

Los vuelos internacionales llegan al aeropuerto de Tontouta, a 45 kilómetros al noroeste de Noumea. Los meses más frescos (julio y agosoto) son los mejores. 

04 Islas de Raja Ampat

PAPÚA OCCIDENTAL (INDONESIA) 



Junto a la costa de Sorong (Papúa Occidental) están el archipiélago de Raja Ampat, unas islas en el corazón del triángulo de coral que se despliega entre Indonesia, Filipinas y el norte de Australia. Los arrecifes resplandecientes que florecen allí son de los más espectaculares del mundo y en ellos crecen más de 1.200 especies de peces y 600 de coral (el 75% de las variedades conocidas). El ecosistema es tan diverso que un submarinista alcanzó aquí el record de especies de peces vistas en una hora: 283. Si se añade una cantidad variopinta de gorgonias, esponjas y peces tres colas (anthias anthias) de todos los colores, se obtiene un destino más que interesante para los amantes de los fondos marinos. 

En Papúa Occidental llueve mucho: entre 2000 y 3000 milímetros al año. De abril a octubre es la mejor época para mantenerse seco (fuera del agua). 

05 Atolón Caroline

REPÚBLICA DE KIRIBATI 



El Pacífico Sur es el mejor destino para ver islas desiertas. La República de Kiribati es un país de 32 atolones y una isla de coral verdaderamente aislado de la civilización. Una de las zonas más remotas del mundo, con arrecife coralino extraordinario. El atolón Caroline, a 4.200 kilómetros al este de la capital de Kiribati, Tarawa, conforma un pequeño grupo de islotes (13 kilómetros de largo y 2,5 de ancho) cuyo aislamiento le ha permitido mantenerse virgen e inalterado, con corales muy bien conservados y especies llenas de vida, como almejas gigantes, cangrejos de los cocoteros y peces napoleón. El atolón es parte de las llamadas Islas de la Línea, las antiguas islas Elice, descubiertas por Magallanes en el siglo XVI. 

Air Kiribati y Coral Sun Airways ofrecen vuelos hasta aquí. 

06 El agujero azul

BELICE 



Dentro del gran sistema de arrecifes mesoamericano, que abarca más de 1.000 kilómetros desde la mexicana península de Yucatán hasta las islas de Bahía, en Honduras, el tramo de 300 kilómetros que recorre la costa caribeña de Belice acoge 100 tipos distintos de coral y 500 de peces. El buceo con tubo es la principal atracción, con lugares como el Agujero Azul (Blue Hole), un impresionante hoyo de 300 metros de amplitud y 124 de profundidad situado a unos 70 kilómetros de la costa. En 1996 la Unesco declaró patrimonio mundial este arrecife, pero el calentamiento global, el aumento de la contaminación y el turismo incontrolado amenazan la salud de este frágil ecosistema marino. 

Ambergris Caye es la mayor isla de Belice y la base perfecta desde la que explorar el arrecife. Está a 15 minutos en avión de la península de Yucatán. 


07 Parque Nacional de Komodo

ISLAS MENORES DE SUNDA (INDONESIA)



La palabra Komodo remite a ese dragón aterrador, gigante y carnívoro de las islas de Indonesia. Pero es también el personaje estrella del bien llamado Parque Nacional de Komodo, desde el que además se ofrece la posibilidad de alejarse de los lagartos en dirección al océano y disfrutar de algo igual de extraordinario: unas aguas templadas que soportan una red iridiscente de arrecifes llenos de vida exuberante, con caballitos de mar, peces rana payaso, pulpos de anillos azules y tunicados delicados. El contraste con el horrible dragón indonesio no podría ser mayor. 

Para ver lo mejor de los arrecifes del parque se puede hacer un crucero con Komodo Liveaboard, que ofrece rutas de cinco y seis días. 

08 Banco de Abrolhos

BRASIL 



El brasileño banco de Abrolhos, situado en las aguas poco profundas cercanas a la costa sur del estado de Bahía, es muy valorado desde hace tiempo debido a las especies endémicas de corales champiñón que lo habitan. Pero en 2008 los investigadores descubrieron, además, nuevas estructuras de arrecife que doblaban el tamaño del que siempre fue el mayor sistema del Atlántico Sur. Los arrecifes que rodean este archipiélago de 46 000 kilómetros cuadrados acogen especies antes desconocidas de corales, moluscos y peces.

Para acceder al arrecife, lo mejor es ir desde la ciudad pesquera de Caravelas (Bahía), a 920 kilómetros al norte de Río de Janeiro. 

09 Arrecife Rost

NORUEGA 



Siempre asociamos los corales a las aguas tropicales, pero allí arriba, en el Círculo Polar Ártico, se descubrió en 2002 el arrecife Røst, el sistema coralino de agua fría más grande del mundo (120 kilómetros cuadrados), a 400 metros de profundidad. Røst está en una isla del archipiélago Lofoten, 200 kilómetros al suroeste de la ciudad de Tromsø. Corrientes ricas en nutrientes fluyen por las islas, lo que da lugar a un mundo acuático generoso en corales, pecios y diversidad marina. 

Por lo complicado de las condiciones, hay que ser un submarinista experimentado para sumergirse en busca de estos corales. Los novatos deben limitarse al buceo con tubo en excursiones organizadas por operadores como Lofoten Opplevelser

10 Atolón Aldabra

SEYCHELLES 



Aldabra, el segundo mayor atolón del mundo, permanece casi intacto. Dada su ubicación, a 420 kilómetros de distancia de Madagascar y 1.150 de Victoria, capital de Seychelles, no hay residentes, recibe poco turismo y, además, está protegido. En torno al atolón hay bancos de arena de poca profundidad, declives y arrecifes profundos ricos en corales prístinos, peces e invertebrados. Esta red biológica es autosuficiente porque está protegida de la intervención humana. Además del ecosistema de arrecifes, Aldabra acoge especies como tiburones martillo, barracudas y más de 150.000 tortugas gigantes endémicas. 

La pista de aterrizaje más cercana está en la isla de Asunción (a 25 kilómetros). Desde ahí se organizan circuitos de submarinismo, aunque otra opción es esperar a los escasos barcos de suministros del gobierno local.

Fuente: El País


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