miércoles, 12 de marzo de 2014

Bellísimos pueblos de España al borde de un precipicio

Pequeños tesoros. Alguno, muy popular. Otros, quizá desconocidos. Propuestas cercanas y espectaculares


1. Castellfollit de la Roca, Gerona 



He aquí una de las postales rurales más fotogénicas de Cataluña. En Castellfollit de la Roca viven unos 1.000 habitantes en menos de un kilómetro cuadrado, asomados a esta espectacular pared basáltica. Con esas cifras es uno de los municipios (en extensión) más pequeños de España. La pared mide más de 50 metros de alto y casi un kilómetro de longitud, y procede de la acción erosiva de los ríos Fluvià y Toronell. En el interior encontramos un casco antiguo de origen medieval, con muchas casas construidas en piedra volcánica. Hay que tener en cuenta que a este pueblo se le considera la puerta del Parc Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa, el mejor exponente de paisaje volcánico de la península ibérica. 

La cantera de basalto es la única cantera activa que existe actualmente en España. La cantera está activa desde 1929 aunque hay documentos escritos del año 1887 que ya hablan de ella.

2. Arcos de la Frontera, Cádiz 



El Castillo de Arcos, una construcción de carácter militar declarado Bien de Interés Cultura, se halla en el punto más alto de esta población de la Sierra de Cádiz. Cerca encontramos la Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, templo de origen mudéjar de los siglos XIV o XV con profundas remodelaciones realizadas durante la primera mitad del siglo XVI. Son quizá dos de las siluetas más relevantes de Arcos de la Frontera. El castillo del Duque de Arcos, de propiedad privada, abrirá sus puertas al público cuatro días al año (uno cada trimestre), como resultado de un convenio de colaboración alcanzado este mes de febrero entre la familia propietaria de este inmueble -los marqueses de Tamarón- y el Ayuntamiento. El pueblo se halla al borde del barranco a cuyos pies pasa el río Guadalete. 

3. Alquézar, Huesca 



Alquézar, con su Colegiata declarada Monumento Nacional y la villa medieval, posa en esta foto sobre el Cañón del Río Vero, en un impresionante entorno paisajístico. De hecho, forma parte de uno de los espacios protegidos de Aragón, El Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. El caserío surgió a la sombra de una fortaleza musulmana erigida en el siglo IX por Jalaf ibn Rasid. Declarada Conjunto Histórico Artístico, esta villa ofrece la posibilidad de revivir el lejano pasado medieval al recorrer sus calles y rincones más emblemáticos. Por ejemplo, el portalón gótico de acceso a la antigua villa; la antigua Plaza Mayor, porticada, o la Colegiata de Santa María la Mayor. Se realizan visitas guiadas a la Villa Medieval de Alquézar, previa cita. Teléfono: 974 318 940. E-mail: info@alquezar.org 

4. Siurana, Tarragona 



Siurana es uno de los pueblos más bonitos de Cataluña, y también de los menos conocidos fuera de la Comunidad. La foto nos dice una parte de lo imponente que resulta el paisaje de sus casas de piedra, de origen medieval, en la cima de una colina, junto a las ruinas de un castillo árabe, una fortificación cerraba el paso al núcleo urbano de la población. 

Para los senderistas, los guías turísticos recomiendan el Camino antiguo de Siurana, que unía este pueblo con Cornudella de Monsant, recientemente recuperado y que forma parte de la Red de Senderos del Priorat. 

5. Albarracín, Teruel 



En este paseo por pueblos españoles con precipio no podía faltar Albarracín, en la provincia de Teruel. Es uno de los pueblos más bonitos de España, Monumento Nacional desde junio de 1961. En diciembre de 1996 recibió la medalla de oro al Mérito en Bellas Artes y actualmente se encuentra propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. 

El casco antiguo se encuentra construido sobre las faldas de una montaña, rodeada casi en su totalidad por el río Guadalaviar. Al norte se encuentra la sierra de Albarracín, y al sur los montes Universales. Parte de su término municipal está ocupado por el Paisaje protegido de los Pinares de Rodeno. En los alrededores nacen los ríos Guadalaviar, Tajo, Júcar, Cabriel y Jiloca. 

En el interior, escalinatas y pasadizos, muros irregulares de color rojizo con entramado de madera, calles empedradas: cada rincón, cada casa es objeto de admiración en este pueblo turolense. Sus puertas y llamadores -picaportes de hierro imitando un pequeño y fantástico dragón-, sus diminutas ventanas con visillos de encaje, sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada, el más mínimo detalle es digno de contemplar. Y es que el monumento principal de Albarracín es la ciudad misma. 

6. Frías, Burgos 



La fortaleza, colgada sobre la población, es uno de los más espectaculares castillos roqueros de toda España. Bajo su torre se contemplan los rojos tejados y las estrechas calles de lo que fue un importante enclave. Lo mandó levantar, en el siglo XII, el rey Alfonso VIII quien concedió a Frías derecho de mercado y un especial fuero que convirtió a la localidad en capital del valle e importante centro industrial y comercial. Del primitivo castillo quedan capiteles románicos en los que se representan caballeros y figuras mitológicas. Se halla a 73 kilómetros de Burgos. Tiene unos 280 habitantes. Turismo, tel. 947 358 011. 

7. Masca, Tenerife 



Masca es un caserío que pertenece al municipio de Buenavista del Norte de Tenerife. Se encuentra situado en la punta noroeste de la isla, en el Macizo de Teno, dentro del parque rural del mismo nombre, a once kilómetros del casco urbano de Buenavista del Norte. En Masca se pueden encontrar profundos barrancos y acantilados que terminan en el Océano Atlántico, en la playa. En el pequeño caserío merece la pena destacar su pequeña iglesia, del s. XVIII, y una de las viviendas, museo y centro de artesanía. El exterior es de una gran belleza (el Barranco de Masca es uno de los más espectaculares de la Isla) y una ruta imprescindible de senderismo. 

8. Cuenca 



Entre las hoces del Júcar y Huécar, el casco histórico de Cuenca es el centro de operaciones de la visita. Atractivos como las famosas Casas Colgadas, construidas en equilibrio sobre acantilados de vértigo o la catedral, reclaman una visita en la que el reloj no cuenta. 

Como curiosidad, hay que señalar que la catedral se construyó en estilo gótico francés, ya que esta era la procedencia de la esposa de Alfonso VIII de Castilla. Pero más allá de la arquitectura y la tradición, Cuenca reúne interesantes opciones culturales para relajarse o disfrutar en familia. 

Las Casas Colgadas son un conjunto de tres edificios civiles del s.XV. Restaurados en fecha reciente y situados junto a la Hoz del Huécar, que han dado fama mundial a la ciudad. Desde donde se ven mejor es del imponente puente de San Pablo, de 100 metros de longitud y realizado en hierro en 1902. A sus pies, se encuentra el parador, antiguo convento dominico dedicado al mismo santo.

9. Ronda, Málaga 



«Avistamos Ronda. Estaba enriscada en la sierra, como una prolongación natural del paisaje y, a la luz del sol, me pareció la ciudad más hermosa del mundo», escribió Juan Goytisolo. Estamos en uno de esos pueblos asomados al precipicio que es de obligado conocimiento, en la zona más noroccidental de la provincia de Málaga. El Puente Nuevo, que ilustra estas líneas, fue construido entre 1759 y 1793. Une las zonas histórica y moderna de la ciudad y salva el Tajo de Ronda, una garganta de más de 100 metros de profundidad excavada por el río Guadalevín. 

Ronda y los toros: una asociación inmediata. Hay que visitar la plaza, y comer rabo de toro. En cuanto a la plaza, es de estilo neoclásico con una portada de cantería. Tiene uno de los ruedos más grandes de España (60 metros de diámetro). Bajo los tendidos se encuentra el Museo Taurino de Ronda, abierto al público en 1984. Una ruta por uno de los cascos antiguos más bellos de España debe incluir esa plaza/museo y, además, el Centro de Interpretación del Puente Nuevo, el Palacio de Mondragón, sede del Museo Arqueológico Municipal, Casa Nazarí del Gigante (S.XIII-XIV), los Baños Árabes (S.XIII- XIV) y Museo de Pintura Contemporánea Joaquín Peinado.

10. Maderuelo, Segovia 



Esta Villa monumental fue edificada sobre un alargado espolón rocoso para dominar los meandros del río Riaza en su descenso hacia el Duero. Tiene una estructura claramente medieval, con sus calles y plazuelas sinuosas, y, allá abajo, el río y el embalse de Linares. ¿Qué visitar? El Torreón del oeste, semiderruido, del siglo XIII; la Puerta de la Villa, que aún conserva los cerrojos, la poterna y unas gruesas puertas de madera acorazada, con blindaje del siglo XV y restos de policromía... En general, hay que pasear por el pueblo y por los alrededores: los cortados del Riaza, con una buena colonia de buitres, o la Ruta de las Iglesias de la Tierra de Maderuelo. No lejos, Ayllón, otro pueblo que merece una visita. 

11. Puentedey, Burgos 



Nos vamos a la Merindad de Valdeporres; a 12 km de Villarcayo, cabeza de partido, y a 86 de Burgos. La fotografía muestra parte de lo que es Puentedey, un pequeño milagro en un paisaje único: el río Nela ha horadado la roca y ha construido un impresionante puente natural. El pueblo descansa sobre el peñasco, y se corona con una iglesia de traza románica y con el palacio de los Porres. Por lo demás, el pueblo guarda interesantes ejemplos de arquitectura tradicional típicos de Las Merindades. 

Fuente: ABC

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