viernes, 4 de julio de 2014

Todo lo que debes saber si vas a utilizar el InterRail

En tren. Por Europa. El primer gran viaje de muchos jóvenes. Si quieres ir tú o alguien de la familia, estos son nuestros consejos 


 
La llegada del verano supone el comienzo de un largo periodo de vacaciones para los estudiantes, siendo para muchos jóvenes el momento perfecto de realizar un viaje inolvidable con los amigos, conociendo varios países europeos y a un coste asequible para sus bolsillos. 

Podría parecer imposible, pero eso es lo que permiti «ir de InterRail», un viaje en tren para conocer el viejo continente de dos formas distintas. Con el Global Pass se pueden recorrer 30 países desde 184 euros; con el One Country Pass, desde 39 euros te abre las puertas a un solo país. 

Para viajar en InterRail, lo primero que hay que tener claro es cuántos días va a durar el viaje, ya que ofrece varias opciones según el billete elegido. Por ejemplo, en el caso del InterRail Global Pass, se puede utilizar el billete 5 días en un periodo de 10, sin que tengan que ser consecutivos; o 10 días en un periodo de 22. En el caso de elegir el One Country Pass, las opciones son más flexibles: puedes utilizarlo 3, 4, 6 u 8 días en un periodo de un mes. 

Elegir una u otra estación del año para el viaje puede resultar de vital importancia a la hora del precio de los billetes. En España, el billete de InterRail se puede adquirir a través de Renfe, que cuenta con promociones tanto en primavera como en otoño. 

Una vez decidido qué tipo de viaje se quiere hacer, estos son algunos consejos útiles para disfrutar al máximo el InterRail. 

1 Organizar el viaje desde el principio 



Lo primero es tener en cuenta que, aunque los pases llegan siempre como correo certificado y la entrega es gratis en una veintena de países, entre ellos España, no se obtienen de forma inmediata. Existen varios tipos de envío, que van desde el «envío Budget», gratuito y que tarda unos 11 días laborales, hasta el «envío Premium», el más rápido con 3 días de espera y seguimiento, por 25 euros. 

Es también muy importante tener la documentación pertinente en regla. Para la mayoría de los países de Europa, un DNI en vigor es suficiente para pasar los controles fronterizos, sin embargo es recomendable viajar también con el pasaporte. Además, no se debe olvidar la Tarjeta Sanitaria Europea. En este caso, la envían a casa en solo un par de días. 

Si lo que se quiere es visitar tres países pequeños centroeuropeos, como por ejemplo Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo (una de las rutas más escogidas); es mejor adquirir varios One Country Pass que un Global Pass, que sale más caro. 

No se debe olvidar tampoco que las reservas de los trenes son obligatorias en la mayoría de las líneas de alta velocidad, y en todos los trenes nocturnos. El InterRail no incluye tarifas de reserva, así que si se quiere gastar lo menos posible en desplazamientos, cabe la posibilidad de elegir una ruta alternativa más lenta que evite reservar billetes. 

Otro de los pasos fundamentales antes de emprender el viaje es marcarse un presupuesto. A pesar de que es importante viajar con una tarjeta de crédito para los imprevistos, se debe evitar abusar de ella. Comenzar el viaje con un presupuesto lo más claro posible, incluyendo comida, alojamientos o recuerdos, evita volver en números rojos. 

Tampoco se puede comenzar el InterRail sin planear previamente el recorrido. Los pases ponen al alcance todos los destinos posibles, pero por un tiempo limitado. Por eso, lo mejor es tener claro qué ciudades visitar cada día, evitando improvisaciones y asegurándose fotografías en los monumentos más importantes. 


Una vez decididos los destinos, es también importante decidir el tipo de alojamiento, llevando varias opciones en mente para evitar perder tiempo y energía buscando el sitio adecuado. Por lo general, un viajero de InterRail suele decantarse por albergues juveniles, la forma más barata de pasar la noche y que en ocasiones solo supone el mantenimiento de las instalaciones utilizadas. Si esta es la opción escogida, lo mejor es sacar el carnet de alberguista, que supone una rebaja considerable en el precio de aquellos albergues que lo aceptan. 

Sin embargo, si la cartera lo permite, también pueden buscarse hostales baratos para evitar dormir con desconocidos. Otra opción es utilizar el couchsurfing, una forma de ahorrar en alojamiento que consiste en ofrecer el sofá o cama de invitados a los viajeros para que pernocten de forma gratuita, disfrutando de las mismas ventajas en el extranjero. 

Al llegar a cada ciudad, es fundamental informarse de dónde están los baños públicos, ya que en la mayoría de los países europeos (especialmente en Centroeuropa), hay que pagar por utilizar el servicio. 

2 Cómo ahorrar en teléfono 


Antes, llamar desde el extranjero a España (prefijo +34) suponía un buen gasto. Sin embargo, la entrada en vigor de la nueva normativa europea reduce los costes del 'roaming' en todo el territorio de la Unión: desde el día 1 es un 50% más barato. Una rebaja que, por ejemplo, se nota en la bajada de 24 céntimos a 19 (sin IVA) cada minuto de llamada, a lo que hay que sumar, eso sí, el establecimiento de llamada. 

Una de las opciones por la que se decantan los viajeros que van al extranjero es el uso de las tarjetas SIM del país de destino, que permiten hacer llamadas a un número internacional, sin pagar roaming. Un ejemplo es SIM Local, que las vende para Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos. El ahorro se completa utilizando la app Ringo, que permite llamar a teléfonos con prefijo ineternacional a precios muy bajos, más baratos que Skype. Además, la llamada no se hace por internet, sino por líneas convencionales, de forma que el sonido es excelente. 

A pesar de estas opciones, lo más fácil es buscar una red Wi-Fi pública a la que poder conectarse. Algunas ciudades disponen de una exclusiva para turistas. Una vez «on line», ya podrás utilizar el WhatsApp, Skype o Face Time sin tirar de la tarifa de datos.
3 Que el idioma no sea un impedimento 


Para moverse por Europa, es fundamental dominar el inglés, aunque no siempre se encuentra un interlocutor que lo entienda. Pro ello, hay varias apps que permiten aprender el idioma del país que se visita de forma fácil y amena. 

Por ejemplo, Busuu es una comunidad virtual para aprender diferentes idiomas, disponible para iPhone y Android. Permite conversar directamente con hablantes nativos a través de una aplicación video-chat; basándose en situaciones cotidianas e incluyendo varios niveles, desde principiante hasta avanzado. 

Otra aplicación muy utilizada es Duolinguo, un sistema de aprendizaje que permite ampliar el vocabulario a través de más de tres mil palabras de diferentes temáticas, definidas a través de imágenes y frases. Esta app dispone de un sistema de reconocimiento de voz que ayuda a mejorar la pronunciación. 

4 El equipaje, aliado y enemigo 


La clave del InterRail es llevar un equipaje ligero. Durante el viaje, la mochila es una extensión más del cuerpo, y cargar mucho peso supone un esfuerzo innecesario. Un truco es evitar llevar aquello que se puede comprar en el país que se visita, como pueden ser la crema solar, el gel de baño o la pasta de dientes; que siempre deben ser recipientes pequeños. Además, son artículos que se pueden comprar en grupo, de forma que se ahorra espacio en las mochilas. Otro truco importante es llevar toallas super absorbentes, más finas que las normales y por tanto que ocupan menos sitio. 

Una de las principales herramientas de un viajero en InterRail son los imperdibles, que se convierten en improvisadas pinzas para colgar la ropa de la mochila y que seque tras lavarla, ya que llevar un equipaje ligero implica reducir al máximo posible la cantidad de ropa que se mete en la mochila, siendo necesaria su reutilización. 

5 La importancia de descansar 


En la ruta trazada suele haber un par de trayectos largos. A priori pueden parecer una pérdida de tiempo, sin embargo son de lo más útil para descansar. Se pueden hacer en trenes nocturnos, aprovechando al máximo para dormir. Nunca debe olvidarse que el InterRail no tiene pausas. Al bajarse del tren ya se comienza a visitar la ciudad, y no se para hasta la noche, ya que en la mayoría solo se estará un día. Sin embargo, es importante marcarse cada 3 ó 4 días una mañana o una tarde más relajada, intentando que coincida con la víspera de la llegada a una capital o a una gran ciudad.

Fuente: ABC

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