jueves, 24 de julio de 2014

Todo lo que hay que saber para exprimir 48 horas en Praga

Romántica. Bella. Siempre es buena ocasión para ir. O para repetir 



Día 1 


9:00 h. Desayunar en el hotel Rocco Forte Agustine. El hotel Rocco Forte Agustine (Letenska 12/33, Praga) es un lujoso cinco estrellas de 101 habitaciones que ocupa un edificio histórico en el centro de la ciudad junto al monasterio agustino de Santo Tomás. Habitaciones decoradas individualmente en estilo cubista checo de principios del s. XX. Excelente desayuno buffet. 


9:30 h. Monasterio y biblioteca de Santo Tomás. Ya que tenemos la suerte de estar hospedados en este hotel, aprovechamos para visitar el contiguo monasterio del siglo XIII y su interesantísima biblioteca. Nos guía el padre Williams, estadounidense, uno de los 5 agustinos que aún viven en el monasterio. Una estancia polvorienta abarrotada con pergaminos e incunables. Por allí para un ejemplar de las Cantigas de Alfonso X el Sabio. Inevitablemente evocamos «El nombre de la rosa» de Umberto Eco. 

10:30 h. Barrio del Castillo. Podemos subir en tranvía (Nº 22 o 91), pero recomiendo hacerlo a pie por las serpenteantes callejuelas empedradas. El Barrio del Castillo debe su nombre a la fortaleza que domina toda la ciudad, construido en el s. IX y considerado el castillo más grande del mundo. Palacios que fueron residencia de los reyes de Bohemia y desde 1918 del presidente de la República Checa. 


Aquí está la Catedral de San Vito, que se empezó a construir en 1344 y no se acabó hasta el s. XX. Se puede subir a su torre de 99 metros por una escalera de caracol. Desde arriba se tiene una vista inmejorable de la «Ciudad Dorada» de «Las Cien Torres». Sin salir de la catedral visitamos la tumba de Wenceslao IV, el Rey Bueno (1361-1419). 

Al bajar a la ciudad, pasamos por el Callejón del Oro (Zlata ulicka), en una de sus casitas de fachadas coloreadas vivió Franz Kafka entre 1916 y 1917. 

13:00 h. Almuerzo en el restaurante Lokal. Lokal es una cervecería típica, tipo mesón, en la calle Dlouha 33 (cerca del Puente de Carlos), tel. 222 316 265. Su techo abovedado le da un aspecto interesante de bodega. Sin lujos, mesas sin manteles y servilletas de papel, ambiente juvenil. Comida sencilla tradicional casera: albóndigas de pan con carne y salsa (knedlíky houskové). Buenas salchichas. Conviene ir pronto pues suele llenarse. Se puede comer por 12 €. 


15:00 h. La calle más estrecha. Muy cerca del Museo de Kafka, inaugurado en 2005, está la que dicen que es la calle más estrecha del mundo, a la altura del número 24 de la calle U Luzického Semináre. Un pequeño pasadizo en cuesta y con escalones por el que apenas cabe una persona. Un semáforo a ambos extremos regula la circulación peatonal. 

La plaza que hay frente al museo tiene una fuente del controvertido artista praguense David Cerny. Colocada allí en 2004, está compuesta por dos estatuas masculinas orinando dentro de un recipiente con la forma del mapa de la República Checa. Los falos se mueven por un sistema mecánico y, supuestamente, escriben con el agua-orina frases que los visitantes envían por SMS desde sus teléfonos móviles. 

15:30 h. Muro de John Lennon. Muy cerca, otra sorpresa. En la plaza de Velkoprevorské Námestí, frente al Palacio Buquoy que alberga la embajada francesa, está el llamado Muro de Lennon, en realidad la tapia de un pequeño cementerio del s. XIV, propiedad de los Caballeros de la Orden de la Cruz de Malta. 

En la época del régimen comunista, en esta pared se escribían proclamas libertarias, pero pocos días después del asesinato de John Lennon (8 de diciembre de 1980) apareció un retrato del Beatle y alguna de las letras de sus canciones «Help! I need somebody» (¡Socorro! Necesito a alguien). Inmediatamente la StB (la policía política) las borraba, pero a la mañana siguiente aparecían nuevos grafitis. Ni la instalación de cámaras de vigilancia acabaron con ellos y muchos piensan que este foro al aire libre contribuyó en alguna medida al triunfo de la «Revolución de Terciopelo» que acabó con el régimen totalitario en noviembre de 1989. 

Hoy es un destino turístico que aparece hasta en las guías oficiales. 


16:30 h. Puente de Carlos. Y por fin llegamos al lugar más visitado y fotografiado de Praga, el Puente de Carlos, que lleva este nombre por el rey Carlos IV de Luxemburgo. Atraviesa el Moldava que divide a Praga en dos: la Ciudad Vieja (Staré Mesto) y la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Tiene 500 metros de largo por 10 de ancho, y en su día dispuso de 4 carriles para ordenar el paso de carruajes. Hoy las hordas turistas van a su aire parándose en cualquier sitio a tomar fotografías, cuando no engendros instagrámicos con el teléfono móvil. 

A lo largo del puente hay una treintena de estatuas, muchas de ellas copias de las originales que están en el Museo Nacional. La más famosa es la de San Juan de Nepomuceno, confesor de la esposa del rey Wenceslao IV, que fue arrojado a este río por orden del celoso monarca. Dice la tradición que quien toca con la mano izquierda la base de la estatua y formula cinco deseos, le será concedido uno. 

20:00 h. Teatro Negro Cerné Divadlo. Atravesamos el Puente de Carlos y llegamos a la calle Karlova (De Carlos). En el número 8 está el Palacio Unitaria, sede de una de las atracciones más famosas: el Cerné Divadlo, literalmente Teatro de Luz Negra

El Teatro Negro es una especialidad escénica de Praga que se basa en la incapacidad del ojo humano para distinguir negro sobre negro. Heredero de la Caja Negra de Méliès. Aquí reinan las luces y, sobre todo, las sombras. Cortinas negras, trajes fosforescentes, danza, acrobacia, mimo para todos los públicos. 

El espectáculo dura 80 minutos y cuesta 480 coronas (unos 19€) 


22:30 h. Cena en el restaurante Lichfield. El restaurante Lichfield, que toma su nombre del fotógrafo británico Lord Patrick Lichfield (1939-2005), está dentro del hotel Rocco Forte Agustine. Decorado en estilo art decó, está adherido a la cadena Slow Food de Praga, es decir, todo lo contrario de la fast food. La cocina, heredada del chef Richard Fuchs (una estrella Michelín) es moderna e internacional. Recomiendo tomar un menú elaborado exclusivamente con pato. Marzo en este restaurante es el mes del Foie Gras Menu. Delicada sopa de maíz con confit de pato y foie gras. Contundente magret de pato con hígado braseado. Y sorprendente helado de foie gras. Sin olvidar la cerveza negra St. Thomas, producida por los monjes del monasterio. 


Día 2 


9:30 h. Plaza del Ayuntamiento y Ciudad Vieja. Volvemos a atravesar el Puente de Carlos. En cada momento del día ofrece un aspecto diferente, tanto por la luz como por la gente que lo puebla. Desayunamos en alguna cafetería un café con «staroceske trdlo», la típica rosquilla con canela en forma de espiral. «Staroceske» significa «checo viejo» y «trdlo», «manguito». Subimos a la Torre del Puente de Malá Strana, la puerta de entrada al Barrio Pequeño, y a la Torre del Puente de la Ciudad Vieja, en el otro extremo. 

Por la calle Karlova haremos la Ruta Real a la inversa, es decir, el camino que siguió Carlos IV el día de su coronación, pero al revés. Karlova es una calle peatonal en su primer tramo, hasta llegar a la calle Liliová. A ambos lados edificios barrocos que albergan tiendas de recuerdos, de marionetas, joyerías de granates checos (exclusivos de Bohemia), hoteles, restaurantes, museos... 

Llegamos a la Plaza del Ayuntamiento o Plaza de la Ciudad Vieja (Staromestske Namesti), para algunos la plaza más bella de Europa. En una esquina está la torre (a la que se puede subir) del Reloj Astronómico, cuyo carillón de apóstoles autómatas se pone en marcha con las horas. 

11:30 h. Barrio judío. Desde la Plaza del Ayuntamiento es recomendable callejear sin prisas hasta el Josefov, o Barrio Judío, con una interesante sinagoga (la más antigua de Europa aún en funcionamiento) y un cementerio del s. XV con más de 12.000 lápidas, algunas en franco deterioro, y que guarda todos los misterios del Golem. Edificios de arquitectura cubista y art nouveau, especialmente en el Bulevar de París (Boulevard Parizská) donde se concentran las tiendas de las grandes marcas de lujo. 


13:00 h. Almuerzo restaurante Staromestska. Por el Bulevar de París volvemos a la Plaza del Ayuntamiento. En el número 19 en una casa medieval está el Restaurante de la Ciudad Vieja (Staromestska Restaurace). Sin duda un local para turistas con carta en varios idiomas, entre ellos el castellano, pero con una comida más que aceptable. Platos checos tradicionales: vepro knedlo zelo (cerdo asado con chucrut), jamón de Praga, codillo, lengua de vaca ahumada… no perderse lo que llaman «gulash en pan». Me traen una hogaza de pan, que es el recipiente, la parte de arriba está cortada a modo de tapadera, dentro han sacado la miga y lo han rellenado con un sabrosos gulash (guiso caldoso de carne de vaca) que, aunque originario de Hungría, se toma en toda Europa Central. Como bebida una magnífica cerveza checa (Pilsner Urquell), una jarra de medio litro solo cuesta 35 coronas (menos de un euro y medio). 

15:30 Plaza de Wenceslao. Hay que hacer la digestión, y la podemos hacer paseando por la calle Na Prikope (La Zanja). Nos podemos detener en alguna tienda de cristal de Bohemia. Desembocaremos en la Plaza de Wenceslao, que es realidad una calle ancha (750 m. X 60 m.). Lugar para el mercado de animales en el s. XIV y para construir el Museo Nacional en el s. XIX. Aquí arrancó en noviembre de 1989, la gran manifestación popular contra la brutalidad policial, que fue el inicio de la Revolución del Terciopelo y la caída del comunismo. 

19:00 h. Casa Danzante. Siguiendo hacia el oeste por la calle del Centeno (Zitná), volveremos a encontrarnos con el Moldava en su orilla derecha a la altura del Teatro Nacional. Muy cerca está la llamada «Casa danzante», o «Ginger & Fred», por los bailarines Ginger Rogers y Fred Astaire. Un extraño edificio moderno (1966) construido en acero, cristal y hormigón prefabricado por los arquitectos Frank Gehry y Vlado Milunic, y que a muchos les recuerda a una pareja bailando, otros dicen que es un adefesio, pero a nadie deja indiferente. 


20:00 h. Cena en el barco «Matylda». «Matylda» es el nombre de un barco-hotel permanentemente amarrado en la margen derecha del Moldava, 1 km. aguas arriba del Puente de Carlos. Si el tiempo lo permite es muy agradable sentarse en una de sus mesas de la cubierta de popa desde la que vemos la Casa Danzante casi sobre nosotros. En el interior, un amplio comedor con ventanales por los que se ve el río, y wifi gratuito. 

Primero me tomo un gin tonic y compruebo, una vez más, que en muchos sitios de la República Checa no disponen de ese cóctel, pero no hay problema, me traen una tónica y una copa de ginebra y yo me las mezclo a mi gusto. La comida no está a la altura del decorado, pero se deja comer. 

Terminamos la jornada regresando al hotel dando un paseo por Masarykovo Nabrezi, una especie de malecón fluvial con espléndidas casas con fachadas art nouveau. 

Fuente: ABC

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